Cuando llega el verano y me refríen los pies en las clases de baile, nada mejor que unos buenos zapatos de algodón y con una buena suela. Digo lo de una buena suela porqué aún no me he quitado el trauma de haberme lesionado la rodilla el año pasado por culpa de unas «Victoria» del chino. Nunca más…
Zapatos: Asos