Delante de casa hay un precioso lavadero que se ha convertido en la piscina municipal del pueblo para Lloba. De repente, desaparece y aunque la llames no viene. Luego oigo niños riendo y chapoteando y allí está ella, una más, jugando con los niños del pueblo y aliviándose del calor de estos días…¡Apuntada a natación y sin tener que pagar entrada!¡Esto es vida!