
Los niveles de la organización humana o cuerpos constitutivos son 4 y tienen consonancia con el reino natural que nos rodea: con el reino mineral que es físico, material, concreto, tangible es lo que en el ser humano llamamos el CUERPO FÍSICO. Con el reino vegetal que une el cuerpo más la vitalidad, lo metabólico y reproductivo es lo que en el ser humano se llama el CUERPO VITAL O ETÉRICO. Compartimos con el reino animal el cuerpo más la vitalidad más el alma, un mundo anímico, que en el ser humano es lo que se llama CUERPO ASTRAL. Y lo que pertenece sólo al ser humano es la suma de cuerpo más vitalidad más alma más espíritu (entendido como individualidad, lo que permite decidir con libertad) y lo llamamos el YO.
Al mismo tiempo cada uno de estos cuerpos está vinculado a un estado de conciencia que no vemos excepto en el momento de la muerte: el estado de conciencia del cuerpo físico es la muerte, el estado de conciencia del cuerpo etérico es el dormir, el estado de conciencia del cuerpo astral es el soñar y el estado de conciencia del YO es la conciencia despierta.
Cuando estos cuatro cuerpos están ensamblados correctamente es cuando podemos hablar de salud pero el trauma o las experiencias muy impactantes incide en estos cuerpos metiendo una cuña entre ellos que impide el correcto desplegar de ellos, pues nacemos con estos cuerpos en modo de capullo y los vamos desplegando a lo largo de los 3 primeros septenios: durante los siete primeros años asistimos a la formación y despliegue del cuerpo físico, con el cambio de dientes estas fuerzas que trabajaban en la forma tienen un nuevo campo de acción y se convierten en actividad pensante, que se desarrolla de los 7 a los 14 años con el nacimiento del cuerpo etérico. A partir de los 14 años, el alma del niño deviene libre y despierta para la independencia, en eso momento nace y se despliega el cuerpo astral. Si lo unimos a la forma trimembrada del ser humano: cabeza, tronco, abdomen-extremidades veríamos que en cada septenio se desarrolla también una tarea evolutiva: la madurez sensorial de los 0-7, la madurez rítmica de los 7-14 y la madurez terrenal de los 14-21.
El trauma incide en los cuerpos constitutivos, como ya he mencionado y también en esta trimembración.
La Ley Pedagógica de Rudolf Steiner, nos explica cómo podemos cuidar, cómo podemos producir una educación al entrar nuestros cuerpos constitutivos en interacción con los del niño. Nuestro cuerpo inmediatamente superior al del niño puede ejercer un efecto beneficioso en él, por ejemplo: mi Yo afectará a la Psique del niño, mi etérico en su físico, mi físico a su ambiente….
Entonces ¿cómo podemos cuidar estos niveles de organización en nosotros y en los niños para conseguir el mejor estado de salud posible o recuperarla?
A nivel del cuerpo físico, cuidar el descanso, la alimentación, la relajación, el dormir…Y el ritmo anual organiza también el cuerpo físico. Las festividades del año, las estaciones…da un alimento respiratorio.
A nivel del cuerpo etérico, los ritmos y rituales. Si cuidamos nuestros ritmos podemos despertar las fuerzas vitales del otro y entrar en una relación sana con la vida. El ritmo mensual organiza el cuerpo vital, todo lo relacionado con lo hormonal, lo lunar…
A nivel del cuerpo anímico o astral, el quehacer creativo, este es un proceso interior que moviliza nuestras fuerzas creativas y permite que se alinee el pensar, sentir y actuar. El ritmo semanal ayuda a sanar el cuerpo anímico.
A nivel de la Individualidad o el Yo, la podemos cultivar y desarrollar a través de la meditación, relajación, los ejercicios preliminares, el óctuple sendero, la atención plena…Este trabajo de psicohigiene personal ayuda a aumentar la efectividad del yo y su influencia en los cuerpos y en el encuentro con el cuerpo del otro y nos permite desarrollar órganos suprasensibles que nos permiten percibir lo profundo en todas las cosas. El ritmo diario afecta al Yo: cuidar sueño, vigilia, temperatura corporal….
SI cuidamos estos ritmos junto con los ritmos de sueño, digestivo y cardíaco en concreto podemos llegar a restablecer la salud general.
En este momento evolutivo de la Humanidad, el ser humano puede representarse como una estrella de cinco puntas pero Rudolf Steiner nos explica que en los años venideros (cientos) vamos a desplegar tres cuerpos más que cambiaría nuestro arquetipo de la estrella de cinco puntas a una de siete. Estos cuerpos son el YO ESPIRITUAL, EL ESPÍRITU DE VIDA Y EL HOMBRE ESPÍRITU. Y son nuestro máximo acercamiento a nuestra imagen más pura y crística.
Pero de momento estamos en «primaria y en época de exámenes»…. Mi máxima para estos tiempos, para mi vida, es simple: «Haz el bien y no hagas el mal». Y con esa intención vivo cada día.
El post «Los cuerpos constitutivos del Ser humano» ha aparecido por primera vez en Miss Red Cape