Después de cuatro meses y medio de vómitos y malestares, regreso por aquí, no recuperada del todo pero sí mucho mejor. En Instagram (@missredcape) suelo mantenerme más activa que por aquí porque me resulta más fácil.
El año pasado ya os hablé del Adviento aquí y os propuse otra manualidad. Este año, como siempre celebramos los cuatro domingos de Adviento con mucha emoción, hemos preparado nosotras mismas las velas que encendemos cada domingo y que nos avisan de la llegada de la Navidad. Todo esto lo complementamos con cuentos de Adviento y una cierta actitud de recogimiento interior que creo que es muy importante en esta época. La naturaleza está toda recogida hacia adentro, pero es gracias a esto que luego podrán florecer todas las plantas, flores y seres vivos. El invierno nos invita a entrar hacia adentro: el olor de las velas naturales, los aceites esenciales, la chimenea…el frío exterior, todo crea un espacio de recogimiento. Y como siempre digo, con los niños que están creados para imitar, lo que funciona siempre es el poder de la intención, EL GESTO con el que acompañamos todo lo que hacemos.
Esta manualidad es facilísima de hacer, tanto para pequeños como para mayores. Yo he usado materiales de Lora Lora y de Narava:
Como ya nos hemos aficionado a esto de hacer velas, próximamente os enseñaré otro kit con el que me he hecho y como les hemos ido añadiendo a las velas aceites esenciales, anís estrellado, purpurina ecológica…en otra forma de hacer velas. Para empezar, esta es la mejor forma y lo pueden hacer los más pequeños de la casa sin ningún tipo de riesgo.
Vienen las instrucciones en el papel y es tan sencillo y tan satisfactorio que simplemente os mostraré las fotos y podréis hacerlo tranquilamente. Las velas duran encendidas mucho más que las convencionales y el olor que dejan en la casa es exquisito. Nosotras simplemente le hemos añadido el toque de decorarlas con cera de abeja para decorar que añade muchísima diversión a la actividad.
Ya os he hablado mil veces de los beneficios de la cera de abeja para los más pequeños y para los adultos. Para modelarla se necesita el calor del propio cuerpo y al mismo tiempo es un material que aporta muchísima temperatura al organismo, por lo que es ideal para trabajar en invierno en casa y en la escuela. El olor es impresionante de agradable. Es un trabajo exquisito para la voluntad y la motricidad fina. Los colores no se mezclan entre sí y la variedad de composiciones es infinita. Yo la uso incluso para pegar los dibujos en la pared. Y los productos naturales siempre dan una información al cuerpo acerca del mundo que es verdadera y al contrario del plástica tienen textura, temperatura, olor… Están «vivos».
Espero que disfrutéis muchísimo haciéndolas, tanto como nosotras 🙂
¡Muchísimas gracias por pasaros y Felices Fiestas!
Malka
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