Podría parecer que cada vez que lees un libro sobre pedagogía Waldorf , lees lo mismo una y otra vez. En parte es así porque es una pedagogía con unos principios muy sólidos basados en la triformación del ser humano, del cosmos, de la vida… Y eso no varía y también te da sensación de solidez y seguridad, al menos a mi. Hay un estudio muy profundo y muy demostrado, por así decirlo.
Y sobre esos principios se basan todas las ciencias que desarrolló Steiner: la medicina Antroposófica, la agricultura Biodinámica, la triformación social, la pedagogía Waldorf, la Antroposofía etc.
Pero también es cierto que en cada lectura se añade un nuevo factor y aprendes algo diferente, conceptos en los que aún no habías podido profundizar. Cada libro es como un plato nuevo con los mismos ingredientes, más alguno añadido y elaborados con una nueva receta. Y así los estoy disfrutando y saboreando yo, junto con el Posgrado. Con el sentido del gusto, la vista y muchos más…;-p
«Sería bueno que se le diera más preparación a la disciplina del carácter de la generación venidera, y menos a la carrera en pos del conocimiento».
El libro recorre todas las etapas de desarrollo del alma, desde el nacimiento hasta los 21 años a través de la educación del niño y cuán vital es esa función de la educación y el educador para poder acompañar a esta alma encarnada en un cuerpo físico en su proceso hasta convertirse en un ser humano integral capaz de realizar su propósito en este mundo. La importancia de dar una educación global y adecuada siempre al momento evolutivo físico, anímico y espiritual. No se digiere igual un alimento si el momento no es el adecuado, algunos incluso fermentan ;-p.
«Mientras más amplio sea el cuadro que se le dé al niño, tanto más contento estará de su aprendizaje. Llegará a concebir el mundo como un todo completo, y, cuando más tarde estudie las partes en detalle, podrá ver su conexión con todo lo demás y cómo todo se conjuga. Además, verá cuál es su propio lugar en el gran conjunto y hallará un interés profundo que llenará cada momento de su vida».
Una pequeña profundización sobre los temperamentos, que muestran rasgos ya desde muy pequeños y es trabajo del maestro, no sólo controlar su propio temperamento sino saber reconocerlos, tratarlos e incluso de qué forma relacionarse o qué asiento deben ocupar en clase. Dos capítulos se dedican enteramente a hablar sobre los temperamentos y sus características. Imprescindibles.
La brillantez del sanguíneo y su rápida pérdida de interés por las cosas, la fuerte energía del colérico y su impulsividad, la imaginación y la lentitud del melancólico, o el silencio y las ganas de comer del flemático. Su forma de relacionarse, de estar en clase e incluso de afrontar las asignaturas será totalmente diferente entre unos y otros y es importante saberlo y reconocerlo. Y estos temperamentos evolucionarán a lo largo de la vida, junto con la persona.
Cómo se desarrolla la voluntad, el sentimiento y el pensamiento del niño a lo largo de los tres septenios y cómo la educación se adapta a esas necesidades. Esta tripartición del alma tiene su reflejo en los tres septenios del niño e incluso en pequeñas subfases del primer septenio, por ejemplo: el aprender a caminar del primer año es el reflejo de una energía anímica de Voluntad.
«Cuando el niño haya aprendido a CAMINAR, el ego, trabajando desde fuera del cuerpo, habrá expresado su propia naturaleza y carácter, por la manera en que al ser humano le ha diferenciado del animal y ha puesto al niño en posición erguida sobre la tierra».
El siguiente paso será aprender a HABLAR, que tiene un calidad, aún de voluntad, pero mucho más sensitiva que el caminar, con lo que estaría mucho más relacionada con el sentimiento.
De dos a tres años más o menos, empieza a desarrollarse el PENSAR (su pensar, no es como el nuestro). Estaríamos dentro de una actividad volitiva porqué hay un impulso por aprender pero ya en cualidad de pensar.
«Lo más beneficioso para el niño es un medio ambiente en el que prevalezcan pensamientos claros y decisiones precisas; él no piensa por sí mismo, sino que refleja el pensamiento que existe en su medio ambiente.
Pensamientos confusos y decisiones revocadas, lo empujan a un estado de confusión interna, y pronto aparece un resultado nervioso».
De 0 a 7 años estaríamos en un desarrollo de la Voluntad. En el alma se despliegan las fuerzas volitivas. Estamos en pleno proceso de aterrizaje en la tierra, pleno desarrollo y formación de los órganos físicos y total permeabilidad a los estímulos externos y del ambiente. Hay un profundo trabajo de los sentidos inferiores: sentido táctil , equilibrio, movimiento propio y vital.
«Si en nuestros primeros años pudiéramos estar rodeados de suficiente belleza, orden y respeto por las cosas, se podría evitar mucha de la delincuencia de los años subsiguientes».
De 7 a 14 años el alma despliega sus fuerzas de sentimiento, más relacionadas con los sentidos medios: visual, olfativo, gustativo y térmico. Es la edad en la que aflora la sensibilidad. En esta edad tiene un papel fundamental el arte y las actividades manuales.
«La actividad infantil de los primeros siete años repercute dentro del segundo septenio, y va cambiando gradualmente como la noche cambia hacia el día. Conforme pasen los años, aumenta la proporción reservada a la parte intelectual».
De los 14 a los 21 se desarrolla la cualidad del Pensamiento. El estudio de las ciencias, de la historia del ser humano y trabajo hacia la comunidad llenarán gran parte del currículum de estas fechas. El desarrollo de los sentidos superiores: auditivo, lenguaje, del yo ajeno y del pensamiento ajeno.
«Toda ciencia empezará con observación. Esta es la forma natural en la que nos desarrollamos todos; de pequeños, observamos algo; después de observar varias veces, despierta nuestra conciencia y preguntamos el por qué. El pensamiento es la otra mitad que el ser humano proporciona para completar el cuadro, pero sólo puede encontrar su verdadero significado sobre la base de la observación exacta.
El desarrollo del niño se lleva a cabo en este orden, pero en mayor escala: pasa su infancia en actividades volitivas, que incluyen la observación, y después de los años medios llega a completar su educación por medio del pensamiento que desarrolla sobre las bases de su anterior actividad y observación».
Un pequeño resumen de un gran libro si quieres profundizar mucho más en estos temas que te expongo.
Te dejo el enlace al libro aquí, por si lo quieres sumar a tu biblioteca.
El post Los Años de Oro: temperamentos, triformación...ha aparecido por primera vez en Miss Red Cape