Caracol caracolito
tú que eres tan bonito
Caracol caracolote
tú que eres tan gordote
Suelen cantar los niños en muchas de las escuelas Waldorf, o en mi clase de baile cuando recogemos las cintas de lana y las telas que hemos usado para bailar.
La clave de la maestra Waldorf en el jardín de Infancia es ofrecer las cosas más básicas de la vida: la sencillez, el momento y unos hábitos sanos que seran la base para la salud mental, física y espiritual del resto de su vida. Esa debería ser, a mi parecer, la clave también de la educación en las casas. Y recalco mucho el término SENCILLEZ porqué creo que en él se concentra lo más sagrado de la vida.
Las rutinas en las escuelas son sencillas y por eso tan y tan importantes que van dando a los niños un sentido de veneración interna por la vida, por sus ritmos, sus cambios de estaciones y todo lo sagrado que contiene ese ritmo. En realidad, no hay mucho más. El niño vive aún en un estado de ensoñación totalmente conectado con la naturaleza, con lo sagrado, con ese ritmo.
Las escuelas simulan un hogar y las maestras no estan nunca paradas, sin prisa, pero sin pausa tejen, cosen, cocinan, barren y como un pulpo con muchos tentáculos internos, su energía está puesta en cada uno de los niños de su alrededor. Es un trabajo profundo de musculatura interior, pues ese aparente sencillez requiere una gran concentración en el presente, ahí la clave de la atmósfera que se genera en estas escuelas. Los niños juegan con las telas, las maderas, imitan a su profesora y usan las cintas de lana para todo, nunca hay suficientes: las cintas de lana unidas a un tronco son cañas de pescar, son excelentes para atar las telas y construir cabañas, sirven de cinturones, de coronas, de trenzas de pelo, de diademas, para atar los vestidos…
Las cintas y cordones es un trabajo que la maestra puede hacer sin desconectarse de su entorno .Requieren concentración pero no tanta como para no poder estar pendiente del alrededor, uno no se puede equivocar haciendo una cuerda o cordón. Es algo que podéis hacer en vuestra casa mientras vuestro hijo juega a vuestro lado: vuestra concentración despierta su concentración. Creo en la máxima de activar en nosotros lo que queremos activar en ellos.
Con las lanas muy gruesas hacer unas cadenetas a veces es suficiente, yo las hago de diferentes tamaños pero suelen ser bastante largas, mínimo 80 cm. Luego hago unas más cortitas para que sirvan de coronas o para sujetar telas en la cabeza, aunque a las chicas les suele encantar que les cuelgue una preciosa trenza de la cabeza.
Otra opción es hacer una cinta con, por ejemplo, 3 puntos de cadeneta, un punto de subida y 3 puntos bajos, punto de subida, 3 puntos bajos etc etc etc hasta conseguir el largo que quieras.
Otra de las opciones es hacer una cadeneta del largo que quieras y luego repasar punto por punto con puntos bajos en un par o tres de vueltas.
Ya veis que hay opciones para todos los gustos :-). Yo uso los restos de las lanas con las que tejo las prendas, complementos y muñecos, siempre que sean de lana 100% porqué la lana, además, desmagnetiza y eso es un aspecto ciertamente importante hoy en día.
¿Tenéis otra forma de hacer las cintas?¿las usáis? ¿cuál es vuestra experiencia con ellas?
¡Muchas gracias por pasaros y feliz puente!
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Un comentario en “Caracol caracolito”