Estas fotos ya son un poco antiguas. Ahora hay que sumarle una enorme jaula duplex con conejo incluida, una carpa preciosa para cubrir el arenero y unas tomateras y lechugas listas para comer.
Plantar lechugas, comer nuestras primeras cerezas, regar las plantas y terminar desnuda los días de sol, con los pies llenos de barro y rebozada en la arena del arenero. Bañarse en la piscina, plantar y dar volteretas con Phoebe, saludar al conejo y ponerle comida, descubrir un caracol, tomar el vermut y comer al sol. Sinceramente, esto es lo que tendría que vivir cualquier niño, en cualquier guardería o en cualquier casa y no estar sentados en un pupitre aprendiendo lo que es un caracol a través de un dibujo.
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