Llegados a casa. Después de más de un mes en familia y amigos. Verano intenso. No quiero que se me quite de la cabeza una de las cosas más importantes que he aprendido: El 99% de pertenencias que tenemos, NO LAS NECESITAMOS para nada. Me fui con una maleta para una semana y hay cosas que ni siquiera he usado ni necesitado. Cuando estás rodeado de afecto, muchas otras cosas dejan de tener importancia. De hecho, creo que nos llenamos de ellas cuando nos falta lo verdaderamente importante. Los niños quieren criarse en familia, en grandes familias de tíos, hermanos, abuelas y amigos. «Hace falta un pueblo entero para criar a un niño». Más que nunca ha cobrado sentido para mi esta frase. Otros brazos, otra energía, otra frescura que no el estar sometido todo el día a los estados emocionales de tus padres. Otras maneras de ver la vida, interacción social, juegos, aprender y repetir.¡Violette se lo ha pasado tan y tan bien! En un mes no se acordaba ni de su casa ni de sus perras ¿cómo puede ser eso?. Hemos creado una vida en la que tenemos que vivir alejados de los nuestros o simplemente estamos todos tan ensimismados que ahí adonde vamos cuesta mucho volver a crear esa red de apoyo y afecto. Muchas cosas en la cabeza…
Estas fotos son de nuestro último día de playa en uno de los parajes más bonitos del mundo, Port de la Selva, inhóspito en invierno, el paraíso en verano.
Regreso a casa…o no…a otro hogar…
Bañador y gafas de sol: Modcloth
Cangrejeras: Asos
Vestido: Oysho
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