Uno de los regalos más grandes que me ha quedado del embarazo no ha sido sólo Violette, ha sido la capacidad de disfrutar sin hacer nada. Ya en la recta final, quizá por el peso, quizá por el calor, quizá por las hormonas, disfrutaba simplemente paseando o sentándome en un banco viendo pasar a la gente, cosas que antes me horrorizaban, siempre sentía que me estaba perdiendo algo y que me aburría, de algún modo. Pero de repente todo cambió y el simple hecho de salir, comer un helado, sentarme a tomar un café o no hacer literalmente nada, me retornaba una paz y un equilibrio interior increíbles. Esto ha seguido así después de nacer Violette: sentarnos en un banco a darle la merienda, ver la gente pasar, tirar migas de galleta a las palomas, pasear hasta el río, coger piedras, flores, ver a las perras bañarse, simplemente andar… Vivir despacio, sin prisa y sobretodo en paz. Es el mejor regalo que me ha dado ser madre, perder esa angustia interior de ver el tiempo escurrirse sintiendo que aún no has hecho eso tan importante y que el tiempo se te escapa. Supongo que he hecho ya «algo tan importante» que me apetece saborearlo despacio. Ya no hay prisa. 🙂
Sombrero: Zara Home
Gafas: Modcloth
Boyfriend Jeans: H&M
Zapatillas: Asos
El post Living slowly ha aparecido por primera vez en Miss Red Cape