Después de estos días regulín con el tema del insomnio que ya comenté, ayer fue uno de los días en los que me sentí más cuidada en mucho tiempo. Después de otra noche sin dormir, me encontré con una genial amiga venida de Barcelona que me puso las cosas claras en poco rato: comprensión y compartir. Buena mezcla. El resto del día lo pasé con dos buenos amigos que cuidaron de mi, de mi peque y nos hicieron la cena a mi chico y a mi para que llegásemos a casa comidos y a dormir. Un poco de calor de hogar en estos tiempos fríos e individualistas. Y he dormido.
Y hoy ha salido un sol maravilloso y hemos ido a pasear y yo he dicho: «Sería genial que el Caballo Blanco estuviese abierto». Y lo estaba. Como una señal, como un regalo después de estos días. Y ahí hemos comido al sol mientras le contábamos a Violette que ella tiene al menos un pie hecho de la comida de allí, el día antes de parir estaba sentada justo en esa mesa.
Todo está cambiando para bien…
Jersey: Blanco
Cardigan y zapatos: Zara
Medias y gafas de sol: Massimo Dutti
Otro look con los mismos zapatos, y con una tripa enorme, ¡y aún faltaba un mes!