Esta semana nos ha dado el alta la comadrona. Ya está. Caminamos solos. Aunque Violette hace que todo sea tan fácil…Y aunque esté en ese pequeño «bache» que lo llaman, de los tres meses (demando pecho contínuamente para estimular la producción porqué necesito crecer) ella sonríe todo el día y se conforma con lo que sea. Aunque claro, es privilegiada de vivir dónde vive y de que se le ponga rojita la nariz paseando con sus perras. No para de hablar, creo que le pide a Dios que le adelante dos meses de vida porque todo le parece interesantísimo y no quiere perderse nada y quiere contarnos cosas.
Me siento muy satisfecha por el sacrificio hecho hasta ahora, me refiero a horas aúpa y atención a demanda, pecho etc. Violette empieza a mostrar signos de ser muy segura de si misma y le gusta estar en la hamaquita o el moisés, no porque no le queda más remedio, porque si se queja nadie le hará caso sino todo lo contrario. Sabe que si no se siente bien, sus necesidades serán atendidas, así que confía plenamente en nosotros. Para mi esto es lo que marca la diferencia.
Es una bebé tranquila y sobretodo feliz. Auguro una primavera mágica en Etxarri este año 🙂