En unos conocidos almacenes de Pamplona tienen una sala especial de lactancia (planta 3). Una sala preparada para dar el pecho, cambiar al bebé y en mi caso, hacer una amiga. Esas bonitas coincidencias que te depara la vida: «Yo tampoco soy de aquí, tu comadrona es la misma que la mía, también soy antitaurina, también voy al curso de lactancia (en días en los que no hemos coincidido), te voy a dar mi teléfono, quedamos para tomar un café, qué duro se hace un bebé cuando estás lejos de tu casa y amigos, vamos a quedar…»
Hay que salir de casa y estar preparado para lo que pueda pasar. Se puede tener la mente abierta sin miedo a que se te caiga el cerebro.
Camisa: Modcloth
Jeans: Pull & Bear
Oxfords: Nice Things