No es fácil. No es fácil saber qué hacer hoy en día con tu bebé con la cantidad de infomación/confusión que circula por el mundo.
– Usa el sentido común. Pero si siento que en ese campo me han arrebatado la virginidad de golpe, ya no sé qué pensar… Si es mi sentido común o el de González, Estivill, Bebé a Bordo, la comadrona, la pediatra o la enfermera. Por no hablar de las vecinas de más de setenta.
Yo creía que eso sólo pasaba en mi ámbito, dónde unos te dicen que aprietes el abdominal, el otro que lo sueltes, el otro que saques el aire, que lo cojas, que lo aguantes… Al final pienso que el mejor deporte es andar, pero no, porque: ¿eres pronador, llevas buen calzado, andas por camino o asfalto?
Todo empezó al quedarme embarazada. Yo no sabía nada respecto al tema. Gracias a Dios. Ahora, diez meses después, creo que sigo sin saberlo. Un día de mucho dolor de cabeza decidí consultar qué podía hacer. La respuesta más convincente que hallé fue la siguiente: «si es un dolor más que mucho, pero menos que más, y en todo caso usted siente que puede aguantarlo pero no lo suficiente. Si es así, pero a la vez no es así, entonces acuda con urgencia al hospital o consulte con su ginecólogo».
Resultado: las dos veces que fui al hospital no tenía nada y me mandaron a casa y la vez que creía que no tenía nada pero decidí ir, me quedé ingresada cuatro días.
Lo mismo pasa con el bebé. No hablo de la información que te puedan dar amigos, vecinas, abuelas etc. Me refiero a que los propios profesionales que nos atienden no tienen criterios unificados respecto al tema, a SU tema. Hablo de ir a la visita con el pediatra, que te atienda la enfermera, te diga unas cosas muy convencida y a los cinco minutos entre la pediatra y te diga las contrarias muy convencida. Que en el grupo de lactancia te digan lo contrario que la comadrona y la comadrona lo contrario que la pediatra,
Hablo de llevar al bebé todo el día aúpas pero sin que se mal acostumbre y se vuelva un tirano que nos pegue con la zapatilla, de meterlo a dormir en el moisés sin que se rompa el vínculo madre-hijo, de que duerma en una cuna al lado de la cama pero que no se sienta abandonada, de hacer piel con piel en pleno cambio de estación, de llevarlo en una bolsa portabebés en la que también se le puede joder la espalda, de darle el pecho a demanda limitando la demanda, si el chupete le alivia el dolor de tripa pero es como violar a un bebé (eso me lo han dicho literal), que hay que actuar como los primates pero a la vez dormirle con el ruido de un secador (no he visto gorilas con secadores), que el cochecito es pernicioso pero a la vez descansa, que se me hará callo en los dedos de llevarla aúpas pero cómo se me ocurre porqué no descansa, que tiene que salir al mundo pero no porqué eso le aturde, que en el pañuelo está como en el útero pero claro, si ha salido de él será por algo, que tiene cólicos, que los cólicos no existen, que se parece a su padre, pero la frente y los ojos de mi familia y en realidad no se parece a nadie y es rubia y pelirroja y en las fotos parece más grande de lo que es. Que haga lo que me salga de las narices pero sin pasarme…
Y Jordi dice:¡no preguntes!
Y yo creo que ya no sabría ni qué preguntar.
Lo siento Violette, porque en un mes debo haberme equivocado tanto y queriendo hacerlo bien, que no me imagino sin intención de hacerlo bien. Seguramente sale mejor porque no olvidemos que tiene que ser menos que mucho pero más que menos, sin pasarse pero sin quedarse corto.
¡Feliz mesario!
P.D. Tú tienes un mes y tu mamá se acerca peligrosamente a los setenta :-p
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