¿Y qué se puede decir de estos últimos días de verano antes de nacer Violette? poco más que han sido de los más maravillosos que he vivido nunca y a la vez los más «sencillos», sin ningún tipo de añadido más que las horas del día pasar, calor sofocante, silencio, buenos amigos… Con una sensación increíble de que yo misma estoy a punto de volver a nacer, a la vez que nace un bebé y una nueva familia que deja atrás muchísimas cosas. Ha sido duro: ha habido vómitos, stress, nauseas, ascos, cansancio, presiones, boicots y a pesar de todo, el fin de fiesta ha sido apoteósico…Sólo gracias porqué además, esta es una fiesta sin resaca y con piñata final… 🙂