Masculin Style

Esta semana, hablando con un buen amigo, aparte de mi informático de cabecera, le dije sin pensar: – Ahora mismo, en mi vida, lo único que me hace falta es dinero. Después de haberles (a él y su mujer) dado el tostón con mil y una peripecias, aventuras y sobretodo, desventuras. Después de haberles contado una y otra vez «Una serie de catastróficas desdichas» (película que me encanta, por cierto), llegar a la conclusión de que lo único que completaría todo sería el dinero me parece un logro increíble, porqué al fin y al cabo, aunque en mi día a día, el día 3 siga siendo fin de mes, no hace que nada cambie. 

De repente me rendí. De repente todo cobró sentido. Un sentido que no puede explicarse con palabras. De repente sentí que todo era como debía ser y empecé a vivir cada situación como si la hubiese elegido yo, perfecta para mí. Sin hablar con el director, cambié el papel que me habían asignado en esta especie de obra de teatro cósmica. Y el que he elegido encaja mucho más con mi alma o con lo que he conseguido conocer y ahondar en ella. 

Y por eso ahora, simplemente, me voy a cenar. Y a disfrutar de ello. De haber tenido un fin de semana de descanso, de haber suplido la vida social con largas y divertidas llamadas de teléfono. Al fin y al cabo, de elegir que la situación me guste a cada momento.

Y esta semana se presenta muy emocionante: visitas, merendolas, nuevas notícias, próximos proyectos…Y alguna cosa que se está cociendo en el horno de la que aún no puedo hablar.

¡Feliz semana del fin del mundo! Eso espero, porqué como siga así…

Como no sólo de profundidades vive el hombre y, tratando a la moda con el respeto y superficialidad que merece, hablemos de trapitos. Curioso que mi chico me diga que parezco una homeless cuando yo me siento riquísima ;-P Este tipo de look ya lo llevé aquí, cuando el clima era mucho más llevadero…. Sigo estando enamorada de mis Milongas (suena a otro tipo de cosa más fetichista…ehem…) en los pies. Les estoy buscando todas las combinaciones posibles. No me enrrollo más…¡A comer!