No miento si digo que quizás hace 15 años que deseo decorar mi casa por Navidad, pero parece que o tienes niños o familia a la que le gustan las fiestas o no se puede. Y como no tengo ni una cosa ni la otra, y después no he tenido pasta, el tiempo va pasando y la Navidad se convierte en «eso que te apetece tanto celebrar», pero no tienes con quien o de qué manera, porqué encima vivimos a 600 quilómetros de nuestras respectivas famílias. Este año no es así. No hay que gastar dinero, de manera sencilla, pero tener unos días para decorar un poco la casa, o sentirse con la energía y la paz suficiente para hacerlo, no tiene precio. Lo hemos pasado genial con estas pequeñas tonterías: una guirnalda circense, unos adornos (los más baratos) de Zara Home…Y otras cosillas que quería hacer en casa y que estoy aprovechando en estos días de fiesta.
Mientras tanto, las «chicas» de la casa disfrutan de la paz familiar: mientras Milonga duerme y duerme en el sofá, Lloba disfruta del frío y Phoebe lo teme, buscando cada rayito de sol para tumbarse cual lagarto. ¡Qué diferentes son! Y luego dicen: «sólo son perros».
Por cierto, alguien me preguntaba si las jardineras que creamos en este post habían tenido flores. Pues sí, este es el resultado final. Ahora con el frío están un poco marchitas, pero habrá que ver qué pasa en primavera. Salieron mini girasoles, una gran sorpresa. Esta fue un poco su evolución.