Patricia, el primer día que vino a casa, dijo que ella se ocupaba del jardín, de ayudarnos a ponerlo a punto. Entre el fin de curso y los líos varios, aún no habíamos podido quedar, pero este viernes (encima primer día de San Fernines), nos fuimos al Garden Villa Miranda, donde nos atendieron increíblemente bien. Patricia nos hizo un buen regalazo de plantas y uno mucho más grande: descubrirnos la belleza de la jardinería.
Recuerdo que mi padre disfrutaba muchísimo de las plantas cuando yo era pequeña, las conocía, las plantaba…también tenía bonsais. Pero, por lo que sea, yo no he tenido esta inquietud, o no sabía que la tenía hasta que me puse a tocar tierra, a ver la variedad de cosas que se pueden hacer, la belleza que iba cogiendo el jardín, la relajación que nos quedó después de haber estado cavando, regando…Esa sensación de:esto es vida…Culminamos el día con una buena barbacoa en compañía de nuestro amigo Fermín y de Maite y un buen paseo perruno.
Y mientras, a quince minutos, en la ciudad, la gente bebiendo como locos…
El post A day in the garden ha sido publicado por primera vez en Dream a little dream of me