Reconozco que uno de los placeres más grandes de haberme trasladado a vivir cerca de la naturaleza, ha sido poder ver a las perras sentirse realizadas, conectadas y felices. Han desaparecido todos los miedos de Lloba, Phoebe, después de 4 meses con nosotros, empieza a asentarse, a desahogarse… Corren por la mañana, se rebozan por la hierba, comen, se tumban al sol del jardín, echan la siesta en el balcón…Si eso me hace sentir tan y tan feliz, no quiero ni pensar qué sentiré cuándo tengas hijos y la suerte de verles felices.