
Los almendros ya no están en flor. Esta ha sido, quizás, una de las experiencias de impermanencia más increíbles que he tenido nunca: vive el momento porqué mañana esto ya no estará aquí, quizás ni tan siquiera esta tarde. A pesar de eso, esta imagen me recuerda ese paréntesis que tuvimos en marzo de sol, luz y descanso. Y esto es lo que necesito estos días de puente que se acercan. Espero conseguirlo. Crear mi propio búnker de felicidad. ¡Feliz fin de semana!